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domingo, 24 de agosto de 2014

PINOTEPA NACIONAL Y LAGUNA DE MANIALTEPEC

Enseguida reanudamos nuestro viaje rumbo Oaxaca con el objetivo de conocer Monte Albán.
Después de recorrer cerca de 300 km llegamos a Pinotepa Nacional a eso de las 11.55 pm. Allí alquilamos un hotel con dos camas en una habitación por la suma de 350 pesos (30 dólares)

Indígena zapoteco-mixteco, vendedor de tacos en pleno centro de Pinotepa Nacional. En el  equipo de sonido se escuchaba  una agradable música mexicana en alto volumen.

Merendamos a la 1 de la mañana, felizmente encontramos este lugar para llenar el estómago y saciar la sed. Una vez satisfechos a dormir para descansar y seguir el periplo rumbo a la ciudad de Oaxaca

                                               Monumento a los héroes de Chapultepec.
En honor a la verdad no nos llamó mucho la atención Pinotepa Nacional,no obstante aprovechamos para tomarnos unas fotos en la iglesia y el zócalo.
En Pinotepa y Acapulco ya observamos a muchas personas de raza negra.
En el zócalo de Pinotepa
 Muchas chicas tenían una espectacular belleza producto del mestizaje entre blancos indios y negros.

Iglesia de Pinotepa
La etnia indígena mayoritaria en Pinotepa es la de los mixtecos
Edificio público de Pinotepa Nacional
En sus buenos tiempos Pinotepa era una de las ciudades más pobladas de América gracias a la enorme producción de cacao.
Mini-supermercado XOCHITLen las afueras de Pinotepa Nacional
Conduciendo el vehículo por la carretera de la llamada Costa Chica encontramos unos hermosos parajes dignos de fotografía.
                                                                 LAGUNA DE MANIALTEPEC
Es la laguna de Manialtepec ideal para los deportes acuáticos del remo y está cerca de Puerto Escondido.

El clima es más agradable que el de la costa ecuatoriana.

Parador turístico de Manialtepec, a un lado de la carretera Puerto Escondido-Oaxaca

Listo para zarpar a la laguna

Bonito sitio como para pasar una vacaciones en el trópico.

Monumento a Benito Juárez en Puerto Escondido
Conforme avanzábamos por el camino  se aparecían de vez en cuando unos paisajes espectacularmente cinematográficos que lamentablemente no pudimos fotografiarlos porque las baterías de nuestras cámaras  se agotaron.

Al trepar la Sierra Madre del sur quedaron atrás esos sitios paradisíacos y el viaje se tornó monótono, aburridísimo que duró hasta la bajada hacia el valle de Oaxaca. Aquí ya observamos pequeños poblados y caseríos con muchas fondas, paraderos, restaurantes  comedores pequeños, locales de artesanías.

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